A lo largo de tantos años, el Estudio ha intervenido en varios casos de delitos contra la vida -algunos de ellos fueron posteriormente recreados por documentales y/o películas-.
Como querellantes, el Estudio obtuvo la primera sentencia que condenó por “tentativa de homicidio agravado” al agresor, imponiéndosele una pena de 20 años de prisión en razón de haber logrado que, antes de la modificación legal que hoy lo dispone, el Tribunal equipara la situación de convivencia de víctima y victimario con el vínculo jurídico de matrimonio que por entonces exigía la norma.
Actuando como querellantes también en casos de abuso sexual, se ha conseguido la condena de los acusados.